Hemos estado probando durante unos días la nueva cámara réflex de Canon. La Canon 700D es una cámara versátil, de fácil manejo, con un buen rendimiento y bastante fácil de transportar y lo más atractivo, ¡por menos de 450€!. El fabricante japonés lanza este nuevo modelo sustituyendo a la anterior 650D incorporando en ella importantes mejoras que harán que nos enamoremos de ella (nosotros ya lo hemos hecho). Si te interesa esto, sigue leyendo 🙂
Diseño: Versátil, ligera y cómoda
Este nuevo lanzamiento de firma japonesa se sitúa entre el tope de gama principiante sin dejar de seguir la línea tan característica que ha llevado hasta ahora Canon. Su construcción ha sido creada en acero inoxidable y policarbonato con fibra de vidrio consiguiendo así un peso de sólo 580 gramos, lo cual hace a esta cámara una herramienta fácil de manejar y transportar.
Otra de las ventajas de la Canon 700D es que una vez incorporado el objetivo en la montura, no nos será molesto transportarla en comparación a otras opciones disponibles en el mercado. Y es que, si no somos unos verdaderos apasionados de la fotografía el pensar que vamos a cargar con una cámara grande y pesada podría llevarnos a dejar la cámara en casa. Eso con esta réflex no pasará.
Los controles y su manejo
Obviando que esta cámara sea más o menos bonita respecto a su diseño o que sea fácil o no de manejar, lo que realmente nos importa a nosotros (y espero que a ti también), son sus funcionalidades y opciones que ofrece a la hora de fotografiar.
La Canon 700D, como sus hermanas pequeñas, dispone de un dial giratorio 360º en el cual encontraremos todos los modos de disparo con los cuales contamos. Ajustes automáticos, programas y diferentes tipos de escena, se unen a los tradicionales modos manuales donde podremos controlar la apertura, velocidad de obturación, sensibilidad, etc… Ahora, como detalle, gracias al dial 360º podremos cambiar entre modos de una manera más rápida sin vernos obligados a realizar giros tan grandes como anteriormente se hacía. También junto a éste dial encontramos el botón de encendido y apagado de la cámara que a su vez incorpora un paso más que activa la función de vídeo.
Si ya habéis usado una cámara réflex Canon, la botonera de esta 700D os resultará familiar, además es bastante sencilla y está muy bien ubicada consiguiendo un rápido acceso a las funciones más importantes. Otro detalle adicional con el cual contamos es su pantalla, ¡giratoria y multitáctil! con la cual podremos navegar por los menús de la cámara, al igual de poder hacer zoom o disparar una foto con sólo tocar la pantalla. Sí, has leído bien. A través de la opción LiveView podremos obturar una fotografía consiguiendo un mayor detalle de enfoque.
Así es la calidad de imagen
Con este apartado, llegamos al punto principal, la calidad de imagen de la EOS 700D. Las fotografías que hemos hecho han sido realizadas con el objetivo kit, un 18-55mm EF-S f/3.5-5.6 con estabilizador de imagen y mejor STM para conseguir un enfoque más suave.
Nos lanzamos a probar cómo se comporta el sensor CMOS de 18 megapixels de la Canon 700D y tenemos que decir que nos ha impresionado gratamente. El sensor rinde de una manera óptima en cualquier contexto, lo cual nos hace ganar confianza ante esta réflex. Si hablamos del enfoque, contamos con 9 puntos de enfoque los cuales suman velocidad de enfoque y precisión cubriendo los principales puntos de composición fotográfica.
Si hablamos de sensibilidad ISO podemos decir que su rango va desde ISO100 hasta de ISO12.800, pudiendo incluso llegar a alcanzar hasta ISO25.600, consiguiendo una buena resolución de imagen en cada uno de los pasos de sensibilidad. Llegados a este punto cabe recordar que a mayor sensibilidad ISO, mayor será la cantidad de grano en la imagen, suerte que la 700D tiene un buen control de grano el cual nos brinda un buen resultado final sin apenas notarlo.
Te enseñamos algunas de las fotografías tomadas con la Canon Eos 700D.
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